Ya no hay mensajes de móvil, ya no hay llamadas antes de dormir.
Todo lo que programamos juntos se quedó en un sueño, sueño del que, alguna vez, tendríamos que despertar, porque nada es tan bueno como parece. Y lo nuestro, lo estaba siendo.
viernes, 3 de julio de 2009
Suscribirse a:
Entradas (Atom)