Ahora entiendo que tu mano
siempre ha estado conmigo.
Ahora entiendo que sigas tu camino
y yo el mío, pero juntos.
Ahora entiendo que el valor que tienes
nunca lo he sabido valorar
y sé que me haces bien,
porque es lo único que quieres hacer:
mi bien.
Gracias por abrirme los ojos.
viernes, 29 de julio de 2011
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